lunes, 28 de diciembre de 2009

Parker's Back

Un buen y detallado comentario -en inglés- aquí del gran cuento de FOC, el penúltimo suyo.
Y en los comentarios, enlazan al  New Yorker, a un relato de un tal Tim Gautreaux, que escribió una continuación de este relato. No me ha convencido del todo, aunque es admirable aunque sea sólo por la audacia (y no sé si lo he entendido bien, empezando por el inglés).
Me recordó algo a temas de The life you save may be your own, pero es como un intento de desactivar a Flannery: al final del relato no queda nada, todo conduce a la nada. Dos ejemplos de cómo ha cambiado la cosa de un cuento a otro:
My name’s Obadiah, but people call me Obie. It used to rile me when they called me that, but nowadays I just go along.

“My tattoo collection. I’m gettin’ it burnt off. I got my arms did already. I found a cut-rate Indian doctor to do it over in Poxley, but those treatments still cost like the devil and I’m about tapped out. It’s why I got to go to work.”

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Deseo de ideales calmantes

HB 516 [Carta a Sister Mariella Gable 4.05.63]
When they ask you to make Christianity look desirable, they are asking you to describe its essence, not what you see. Ideal Christianity doesn't exist, because anything the human being touches, even Christian truth, he deforms slightly in his own image. Even the saints do this. I take it to be the effects of original sin, and I notice that Catholics often act as if that doctrine is always perverted and always an indication of Calvinism. They read a little corruption as total corruption. The writer has to make the corruption believable before he can make the grace meaningful.
The tendency of people who ask questions like this is always towards the abstract and therefore toward allegory, thinness, and ultimately what they are looking for is an apologetic fiction. The best of them think: make it look desirable because it is desirable. The rest of them think: make it look desirable so I won't look like a fool for holding it. In a really Christian culture of real believers, this wouldn't come up.

Cuando te piden que hagas que el cristianismo parezca deseable, te están pidiendo que describas su esencia, no lo que ves. El cristianismo ideal no existe, porque todo lo que un ser humano toca, incluso la verdad cristiana, lo deforma un poco a su propia imagen. Incluso los santos lo hacen. Yo creo que son los efectos del pecado original, y me doy cuenta de que los católicos suelen actuar como si esa idea fuese siempre perversa y señal de calvinismo: leen pequeña corrupción como si fuera corrupción total. El escritor tiene que hacer la corrupción creíble antes de poder darle todo su valor a la gracia.
La tendencia de la gente que pregunta cosas así es siempre hacia lo abstracto y por eso hacia lo alegórico, ligero; al final lo que están buscando es ficción apologética. Los mejores de ellos piensan: haz que parezca deseable porque es deseable. El resto piensa: haz que parezca deseable para que no quede como un idiota por defenderlo. En una cultura realmente cristiana de creyentes reales, eso ni llegaría a plantearse.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Comida fría

HB 161 [Carta a Betty Hester 1.06.56]
[Los Fitzgerald hacían una bendición de la mesa muy larga y rezaban]  la oración benedictina de la comida en latín todos los días, mientras la cena se iba enfriando. Yo soy más de expresar mi aprecio por la comida de todo corazón mientras está todavía caliente.
(...) the Benedictine grace before meals in Latin every day while the dinner got cold. I am more for expressing my appreciation by eating heartily while it’s still warm.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Para los que ponen la etiqueta Gótico sureño a FOC

HB 301 [Carta a Cecil Dawkins 26.10.58] Se refiere a Los Profetas (The Violent Bear it Away):
I suppose my novel too will be called another Southern Gothic. I have an idiot in it. I wish I could do it without the idiot but the idiot is necessary.
Supongo que mi novela la denominarán también como Gótico Sureño. Tengo a un infeliz en ella. Ojalá pudiera hacerla sin el infeliz pero el infeliz es necesario
Y qué manía con ponerle la etiqueta de Gótico Sureño a la pobre Flannery.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

De visitas culturales

HB 525 [Carta a Janet McKane 19.06.63]
I didn´t see much of the city when I stayed in New York... I did’nt go to a single play or even to the Frick Museum. I went to the Natural History Museum but didn’t do anything the least cultural.
No vi mucho de la ciudad cuando me quedé en Nueva York... No fui a ninguna obra de teatro, ni siquiera al Museo Frick. Fui al Museo de Historia Natural pero no hice nada ni de lejos cultural.

Pero en otra carta a la misma también le dice que estuvo en The Cloisters (aquí el texto de Gooch al respecto)

lunes, 14 de diciembre de 2009

Escritores católicos

HB 130 [Carta a Father J. H. McCown 16.01.56]
I have read almost everything that Bloy, Bernanos, and Mauriac have written. The Catholic fiction writer has very little high-powered “Catholic” fiction to influence except that written by these three, and Greene. But at some point reading them reaches the place of diminishing returns and you get more benefit reading someone like Hemingway, where there is apparently a hunger for Catholic completeness in life, or Joyce who can’t get rid of it no matter what he does. It may be a matter of recognizing the Holy Ghost in fiction by the way he chooses to conceal himself.
He leído casi todo lo que han escrito Bloy, Bernanos y Mauriac. El escritor de ficción católico tiene muy poca ficción de alto voltaje que pueda influirle, salvo lo escrito por esos tres y Greene. Pero en algún momento leerlos llega a un punto máximo y comienza la cuesta abajo; y ganas más leyendo a alguien como Hemingway, donde parece que hay hambre de un completamiento católico de su vida, o Joyce, que no puede librarse de ello, haga lo que haga. Debe de ser cuestión de reconocer al Espíritu Santo en la ficción por el modo en que elige esconderse.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

A Stroke of Good Fortune

Uno de sus cuentos menos valorados, en un excelente análisis en este enlace (es una entrada de un blog de título excelente: The Black Cordelias).

domingo, 6 de diciembre de 2009

Y más sobre la belleza y la verdad

Un párrafo de un texto [muy recomendable] de Joseph Ratzinger (del libro Caminos de Jesucristo, Editorial Cristiandad, Madrid, 2005), previo al mensaje a los artistas que cité en la entrada anterior, y tambén complementario:

Frente al texto de Isaías [53,2] surge en primer lugar la pregunta que ha ocupado a los Padres de la Iglesia: si en ese momento Cristo era hermoso o no. Aquí está implícita la pregunta más radical: si la belleza es verdadera o si, por el contrario, es la fealdad la que nos conduce a la verdad propia de la realidad. Quien cree en Dios, en el Dios que se ha revelado precisamente en la apariencia desfigurada del Crucificado por amar «hasta el extremo» (Jn 13,1), sabe que la belleza es la verdad y que la verdad es la belleza, pero en el Cristo sufriente también aprende que la belleza de la verdad contiene la ofensa, el dolor e incluso el oscuro misterio de la muerte, y que esto sólo puede ser encontrado cuando se acepta el sufrimiento, no cuando se le ignora. (...)
Ser alcanzado por un destello de la belleza que hiere al hombre es el auténtico conocimiento, es decir, éste se lleva a cabo cuando el hombre es afectado por la realidad misma, «por la presencia personal del mismo Cristo», tal como él dice. Ser subyugado por la belleza de Cristo es un conocimiento más real y más profundo que una mera deducción racional. No podemos desestimar la importancia de la reflexión teológica, del pensamiento teológico exacto y preciso, el cual sigue siendo absolutamente necesario. Pero nos empobrece, y devasta tanto a la fe como a la teología, si despreciamos o rechazamos como ­verdadera forma de conocimiento la conmoción producida por el encuentro del corazón con la belleza. Tenemos que redescubrir esta forma de conocimiento puesto que ello constituye una exigencia apremiante de esta hora.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Belleza y provocación

Del Discurso de Benedicto XVI a los artistas, unos párrafos que me recordaron a Flannery:
Una función esencial de la verdadera belleza, que ya puso de relieve Platón, consiste en dar al hombre una saludable "sacudida", que lo hace salir de sí mismo, lo arranca de la resignación, del acomodamiento del día a día e incluso lo hace sufrir, como un dardo que lo hiere, pero precisamente de este modo lo "despierta" y le vuelve a abrir los ojos del corazón y de la mente, dándole alas e impulsándolo hacia lo alto. (...) La belleza impresiona, pero precisamente así recuerda al hombre su destino último, lo pone de nuevo en marcha, lo llena de nueva esperanza, le da la valentía para vivir a fondo el don único de la existencia. La búsqueda de la belleza de la que hablo, evidentemente no consiste en una fuga hacia lo irracional o en el mero estetismo.


Con demasiada frecuencia, sin embargo, la belleza que se promociona es ilusoria y falaz, superficial y deslumbrante hasta el aturdimiento y, en lugar de hacer que los hombres salgan de sí mismos y se abran a horizontes de verdadera libertad atrayéndolos hacia lo alto, los encierra en sí mismos y los hace todavía más esclavos, privados de esperanza y de alegría. Se trata de una belleza seductora pero hipócrita, que vuelve a despertar el afán, la voluntad de poder, de poseer, de dominar al otro, y que se trasforma, muy pronto, en lo contrario, asumiendo los rostros de la obscenidad, de la trasgresión o de la provocación fin en sí misma. La belleza auténtica, en cambio, abre el corazón humano a la nostalgia, al deseo profundo de conocer, de amar, de ir hacia el Otro, hacia el más allá. Si aceptamos que la belleza nos toque íntimamente, nos hiera, nos abra los ojos, redescubrimos la alegría de la visión, de la capacidad de captar el sentido profundo de nuestra existencia, el Misterio del que formamos parte y que nos puede dar la plenitud, la felicidad, la pasión del compromiso diario. Juan Pablo II, en la Carta a los artistas (...) añade: "En cuanto búsqueda de la belleza, fruto de una imaginación que va más allá de lo cotidiano, es por su naturaleza una especie de llamada al Misterio. Incluso cuando escudriña las profundidades más oscuras del alma o los aspectos más desconcertantes del mal, el artista se hace, de algún modo, voz de la expectativa universal de redención" (n. 10). Y en la conclusión afirma: "La belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente" (n. 16).

Y un muy buen comentario de estos aspectos en el excelente artículo de hoy de E.G.-M.