viernes, 25 de marzo de 2011

Un poema al visitar su tumba

Este (en el día de su cumpleaños -86):
Mi traducción:

AL VISITAR LA TUMBA DE FLANNERY O'CONNOR
Milledgeville, Georgia, 1988

Maxine Kumin

...pero primero, un desvío histórico justo a este lado
de lo que la intelligentsia local
con orgulloso autodesprecio llama Mudville [Villa Barro]
para tomar el camino de carros a Andalusia,
la sede familiar, sereno aparte de la ciudad,
como en una buena novela victoriana.

Aquí, desde la ventana del dormitorio del primer piso
incluso en aquellos últimos días oscuros, podía ver ella
a sus queridos pavos picotear y hacer la rueda,
la tribu de burros amantes de su progenie
descendiendo al estanque de la granja en el prado,
un bosque de viejos castaños inclinados
para ser cosechados. No grandiosa de-antes-de-la-guerra,
pero al menos cómoda Andalusia, con jardines de verdad
roturados cada primavera con estiércol auténtico,
así que es bonito pero no sorprendente que
cuando Mary McCarthy dijo, años antes,
que había llegado a pensar la Eucaristía como un símbolo,
O'Connor, considerablemente incómoda
con la retórica de católica no practicante, explotase:
"Bien, si es un símbolo, al infierno con ella."
...

No como me la había representado, entronizada
en alto, fieramente prometeica
con águilas, quizá, o leones sobre la lápida --
sino el espacio cuadrado, sin ajardinar, de la familia
incluso sin un sauce llorón parece lo correcto.
Alineada con su padre, tres tías abuelas al otro lado,
y espacio para la madre que todavía vive,
Flannery yace sin otros adornos que el nombre
que respiraba fuego y nos alimentó de su llama.

sábado, 12 de marzo de 2011

Golpear con la violencia

La actitud artística de FOC le sirve a Alex Wilgus para reflexionar en este buen artículo sobre el uso de la violencia en el arte. Tanto ella como Walker Percy, dice, podían ser eficaces por medio de la violencia que ejercen sobre los personajes. Quizá ahora haya que buscar otra vía, porque la violencia ya no nos sorprende.
El artículo acaba así:
Whatever should be done, it is clear the Christian artist faces a peculiar enemy today: the expanding boredom of the modern age, which has the power to wash out even the severest expressions, and violence is its latest casualty. It is the constant duty of the Christian artist to outwit this amoebic tendency to consume and excrete, to make retail of riches. She must forge new paths of expression and restore old ones. When the world builds for itself a Tower of Babel, then she must paint a pile of rubble, and then when it is knocked down and the peoples wander in the refuse, she must paint a glittering city with jasper walls and foundations of precious stone.
Sea lo que sea que haya que hacer, está claro que el artista cristiano se enfrenta hoy a un enemigo peculiar: el tedio en expansión de la era moderna, que tiene el poder de desgastar hasta lo más severo: su última víctima es la violencia. Es deber constante del artista cristiano superar esta tendencia de ameba de consumir y excretar, de convertir las riquezas en mercancias. Debe forjar nuevas vías de expresión y restaurar las antiguas. Cuando el mundo se construye una torre de Babel, entonces tiene que pintar una pila de basura, y luego cuando es derribada y los pueblos vagan negando la realidad, debe pintar una ciudad brillante con muros de jaspe y cimientos de piedras preciosas.