El artículo acaba así:
Whatever should be done, it is clear the Christian artist faces a peculiar enemy today: the expanding boredom of the modern age, which has the power to wash out even the severest expressions, and violence is its latest casualty. It is the constant duty of the Christian artist to outwit this amoebic tendency to consume and excrete, to make retail of riches. She must forge new paths of expression and restore old ones. When the world builds for itself a Tower of Babel, then she must paint a pile of rubble, and then when it is knocked down and the peoples wander in the refuse, she must paint a glittering city with jasper walls and foundations of precious stone.
Sea lo que sea que haya que hacer, está claro que el artista cristiano se enfrenta hoy a un enemigo peculiar: el tedio en expansión de la era moderna, que tiene el poder de desgastar hasta lo más severo: su última víctima es la violencia. Es deber constante del artista cristiano superar esta tendencia de ameba de consumir y excretar, de convertir las riquezas en mercancias. Debe forjar nuevas vías de expresión y restaurar las antiguas. Cuando el mundo se construye una torre de Babel, entonces tiene que pintar una pila de basura, y luego cuando es derribada y los pueblos vagan negando la realidad, debe pintar una ciudad brillante con muros de jaspe y cimientos de piedras preciosas.
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