lunes, 26 de agosto de 2024

Por qué se amotinan las naciones, la novela inacabada

Escribo esto tras acabar el libro de Jessica Hooten Wilson, Flannery O'Connor's Why Do the Heathen Rage? A Behind-the-scenes Look at a Work in Progress (Grand Rapids, Brazos Press, 2024). 

Quizá primero podría decir lo que me hubiera gustado encontrar: una edición filológica de los textos dispersos que se conservan de esa novela inacabada, Por qué se amotinan las naciones. Pero claramente Hooten Wilson no es una persona con formación o mentalidad filológicas, es una estudiosa de literatura (y quizá con aspiraciones creativas, por lo que se ve varias veces en este libro): el hecho es que no está ni remotamente interesada en transmitirnos lo que realmente escribió Flannery, de la manera más fiel posible a los manuscritos, que ese sería un acercamiento propiamente filológico. 

Lo que quiere Hooten Wilson es recrear -introduciendo a veces elementos propios en el texto- la novela y explicarnos por qué cree que quedó inacabada: por un fallo en las capacidades de Flannery O'Connor, que insinúa que es estructural. Tal como lo plantea, el racismo de Flannery O'Connor le impedía tratar con mínimas probabilidades de éxito el tema que se había propuesto novelar. Por contraste, en este libro participa un dibujante negro, que parece que sí que puede comentar lo que le venga en gana, porque ser negro le debe de dar patente de corso. Lo que hace es tratar lo que deberían ser ilustraciones de partes de la novela como reinterpretaciones que a mí me parecen totalmente fuera de lugar, insultos a Flannery O'Connor en forma de dibujos fuertemente ideologizados.

Pero volviendo a lo que me hubiera gustado encontrar, un texto claro y fiel: para empezar, ni siquiera se atreve Hooten Wilson a poner una palabra tabú, la que sí que aparece múltiples veces en canciones de rap de cantantes negros (por ejemplo 8 veces en esta de Snoop Dogg), pero que parece que una persona no negra ni puede siguiera transcribir. El nivel de tabú al que se somete Hooten Wilson (bajo la autoridad de nada menos que la mediática Oprah Wimprey, que tiene la última palabra aquí) es alucinante. Lo que podríamos traducir con la palabra "negros", si la hubiera con un sentido negativo en español, ella lo pone en el texto así:  "n—". Hasta en el título de uno de los cuentos más famosos de Flannery pone la rayita: si no, parece que uno es cómplice del sufrimiento de todos los negros de Estados Unidos, parece ser. ¿Hay algo más ridículo que eso?

El colmo es un capítulo al final, donde Hooten Wilson se atreve a rehacer un texto y ponerlo como posible final de la novela: mete una cruz de esas del Ku Klux Klan, que estaba en un fragmento no utilizado de la segunda novela, y la usa para hacer una fantasía de cómo le hubiera gustado a ella que acabase el libro. Hacía tiempo que no veía algo igual en un libro presuntamente serio.

Los demás capítulos del libro, aunque cada cierto tiempo con comentarios condescendientes ("patronizing" es la palabra que se usa en inglés), tienen el interés de que podemos leer partes de esa novela inacabada, que a mí me resultaron interesantes. Hay algunos comentarios característicos del humor de Flannery, hay detalles muy curiosos en la caracterización de personajes y también algunas descripciones paisajísticas muy originales. La novela tenía mucho que ver con The Enduring Chill y con The Displaced Person. También con The river.

Claramente prefiero algo así, texto sin comentarios (y sin el tonito de superioridad moral):

1 comentario:

IMH dijo...

Agradezco leer críticas autorizadas y valientes como esta. Estoy ya harta de amiguismos y atrevimientos de inexpertos.