jueves, 13 de agosto de 2009

Everything that raises

En el Congreso de Roma pudimos asistir en el patio de la Pontifica Università della Santa Croce a la representación de Everything that Rises Must Converge, por la Compagnia de’ Colombari, New York, dirigida por Karin Coonrod.
Ya ha pasado un tiempo, pero guardo un gran recuerdo de aquella obra: los actores eran extraordinarios, la dirección prodigiosa, la escenografía sencilla pero perfecta: unas sillas, dos focos que llevaban dos personas y ya está.
El texto era el del cuento tal cual, sin cortes: los actores decían sus discursos directos y también las marcas introdudctorias. Por ejemplo la madre decía: "Julian es joven pero inteligente, decía la madre". Resultaba curioso el resultado, muy bien.
Y era muy graciosa la obra, como lo es el cuento (si uno lo ha leído más de una vez: el humor de Flannery hay que descubrirlo después del susto inicial de la primera lectura) Pero al final era tremenda, daba escalofríos, una auténtica tragedia que te llena de dolor y com-pasión por el protagonista: los cuentos de FO'C son comedia y tragedia a la vez (no, melodrama, no).

Y por suerte han puesto un vídeo de 3 minutos de la actuación, con los momentos culminantes: en este enlace. Y me sigue dando escalofríos cuando veo el final:
The tide of darkness seemed to sweep him back to her, postponing from moment to moment his entry into the world of guilt and sorrow.

2 comentarios:

AFD dijo...

Indistinguible la barba. Buenísimo el enlace. Estremecedora la frase final. Ausente tu ponencia en Roma, cuya aparición en estas páginas electrónicas parece posponerse sin misericordia.
Saludos

Alfredo

Anónimo dijo...

Gracias mil, again. ¿Te animas a poner el "paper" negro sobre blanco? Saludos y recuerdos.