sábado, 11 de abril de 2020

Los violentos lo arrebatan según un cisterciense

A principios del XVII me he encontrado un muy buen comentario a Los violentos lo arrebatan, título de la segunda novela de Flannery O'Connor.

Fray Lorenzo de Zamora, Monarquía mística f. 302/203:
Los estandartes del mundo incitan a semejantes empresas como las que en sus campos lleva matizadas: a ganar ciudades, a conquistar reinos, a vencer ejércitos y otras proezas semejantes, pero los de Dios nuestro Señor, como son de lumbre comunicada de aquella primera lumbre, incitan a la conquista del reino de los cielos, que como dice el apóstol san Mateo (11, 12), padece fuerza y, siguiendo este pendón, los fuertes le arrebatan, mueven los corazones a combatir al mismo Dios, y haciendo guerra contra sí mismos, le ganan, y hasta que el mismo Dios vaya por trofeo suyo en el estandarte, es imposible que descansen los deseos: Satiabor cum apparuerit gloria tua (Sal 17,15 Vulg.), dice con este pensamiento David. Entonces Señor, se quitará mi apetito cuando apareciere tu gloria: In evigilare similitudinem tuam dice la letra hebrea: cuando en el estandarte real que está en nuestra alma, apareciere por armas y trofeo tu divina semejanza, cuando vestido el pendón de los rayos de la visión beatífica Tú mismo seas el premio de los tuyos, entonces tendrá el estandarte quien hincha su vacío, entonces la luz que ahora es oscura será clara y tú serás lo que en su claridad se viere. / [303] Velut vexilum lumen vultus tui.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hilario de Poitiers hace una exégesis de Mt 11,12 a la luz de la ampliación de la salvación a los gentiles y la sinceridad y el entusiasmo con el que estos acogen a Cristo en sus corazones. Jesús había mandado a sus discípulos a las ovejas perdidas de Israel pero su predicación prendió en las almas de publicanos y pecadores. De ellos nacerían los creyentes, los apóstoles y el reino de los cielos. Así, Cristo es predicado a unos y reconocido por otros. Los suyos lo rechazan, los ajenos lo acogen. Sus familiares lo atacan, los enemigos lo abrazan. "Así, el reino padece violencia y los violentos lo conquistan, porque la gloria destinada por los patriarcas a Israel, anunciada por los profetas, ofrecida por Cristo, es ocupada y arrebatada por la fe de los gentiles". (Hilario de Poitiers, Commentarium in Matthaeum, 11,7).

Espero que esto te alegre un poco la convalecencia.

Ángel Ruiz dijo...

Pues te agradezco un montón la cita, que pusiste cuando yo estaba en la UCI.

Anónimo dijo...

Me acabo de enterar. Estoy sobrecogida. Te tengo presente en mis oraciones.