viernes, 22 de octubre de 2021

Amigos y más que amigos de FO'C

 Hay un artículo de Sally Fitzgerald, "Flannery O'Connor: Patterns of Friendship, Patterns of Love", de 1998, donde habla de amigos importantes de Flannery. Lo más llamativo es la lista de los hombres de los que se enamoró:

El primero era un sargento de la marina, John Sullivan, que estaba en Milledgeville preparándose para ser enviado al Pacífico en la Segunda Guerra Mundial. Al volver de la guerra, él entró en el seminario, que luego dejaría. Parece que Flannery le escribió muchas cartas, que se conservan, con borradores que demuestran cómo ella las revisaba. Ojalá aparezcan. 

Luego se enamoró de Robie Macauley, novelista y compañero en el Master de Iowa, que tenía novia. Él puede que ni se enterara de que ella se había enamorado de él: el hecho es que ella no se vio con fuerzas de asistir a la boda de él.

El siguiente fue Robert Lowell, el poeta, que ni se enteró de que ella le quería.

Luego se enamoró de Erik Langkjaer. Él se dio cuenta: también de que ella estaba enferma y que era mucho más importante que él (esto es lo que supone Sally Fitzgerald) y puso tierra de por medio: se marchó a Dinamarca.

---

Luego, ya en Andalusia, tendría un montón de amigos: basta leer las cartas, en las que destacan Betty Hester y Maryat Lee. 

Antes, la primera importante, en la Universidad, fue Betty Boyd. 

Menciona Fitzgerald también al doctor George Beiswanger, que la ayudó a ir a Iowa, reconociendo su talento, aunque parece que no pillaba nada de su visión literaria. 

En Iowa menciona a Paul Engle y Paul Griffith como personas que la ayudaron; Griffith en concreto facilitó que fuera a Yaddo. 

En Yaddo se hizo amiga de Jim y Nellie Shannon, que trabajaban allí cuidando la casa: con ellos iba a Misa. Clifford Wright, que era pintor, le cotilleaba cosas de Yaddo: siguieron escribiéndose; él parecía enamorado de ella, pero ella no le animó nunca a llevar las cosas más en serio. Allí se hizo amiga de Elizabeth Fenwick. Fue amiga de un músico, Edward Meisel, que facilitó mucho que su estancia en Yaddo acabase durando siete meses. 

Lowell la presentó a Robert Giroux, que sería luego su editor y buen amigo y a los Fitzgerald, que serían de sus mejores amigos y acabaron siendo sus albaceas literarios.

No hay comentarios: