Uno de los participantes en el Congreso de Roma fue Steven Watkins, un profesor de Phoenix que anunció que estaba a punto de sacar un libro sobre la influencia de Teilhard en Flannery, que a él le parecía decisiva, sobre todo en la última etapa de su vida (resumen de su comunicación, aquí).
En la biografía de Gooch también le dan mucho relieve a eso.
Y Flannery habló en varias ocasiones de su admiración por Teilhard, al que consideraba un santo. Veía un espíritu cercano en él, como dijo a propósito de The Phenomenon of Man*:
Habrá que seguir la cuestión, que es interesante
*Getz, Lorine M. (1980), Flannery O'Connor: Her life, Library and Book Reviews, The Edwin Mellen Press, Toronto and London, p. 179.
En la biografía de Gooch también le dan mucho relieve a eso.
Y Flannery habló en varias ocasiones de su admiración por Teilhard, al que consideraba un santo. Veía un espíritu cercano en él, como dijo a propósito de The Phenomenon of Man*:
(...) the poet, whose sight is essentially prophetic, will at once recognize in Teilhard a kindred intelligence. His is a scientific expression of what the poet attempts to do: penetrate matter until spirit is revealed in it.Otra cosa es que estuviera de acuerdo con todo lo que planteaba Teilhard. En el coloquio, el profesor Ralph C. Wood, remitiendo a un artículo suyo en el Flannery O'Connor Bulletin de 1977-78, limitó mucho esa influencia; incluso habló de un progresivo desapego de Flannery respecto a los planteamientos de Teilhard. Incluso el título de un cuento suyo, tomado de Teilhard, Everything that rises must converge, más que un homenaje o el reconocimientro de una deuda, sería una referencia irónica.
Habrá que seguir la cuestión, que es interesante
*Getz, Lorine M. (1980), Flannery O'Connor: Her life, Library and Book Reviews, The Edwin Mellen Press, Toronto and London, p. 179.
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