En Señales, colección de relatos de Tim Gautreaux, el primero es Ídolos, en el que reúne a dos personajes de Flannery O'Connor en un mismo escenario: son Julian, el hombre que repara máquinas de escribir y que llevaba a su madre en el autobús de Todo lo que asciende tiene que converger y Obadiah J. Parker, el hombre recubierto de tatuajes de La espalda de Parker.
Es curiosa la lectura, aunque no le llega ni por asomo al nivel de Flannery O'Connor: atrevimiento no le falta, pero creo que sale derrotado Gautreaux. Es aleccionador sobre todo para observar la dificultad de llegar al nivel de intensidad narrativa que Flannery O'Connor volcó en toda su obra. Aquí lo que eran grandes dramas se convierte en un escenario, sureño sí, pero de problemas domésticos, de gentes que no se mueven por grandes planteamientos. Es como Flannery O'Connor pasada por Vida hogareña, de Marilynne Robinson. Hay un final que termina en alto, pero no alcanza a ser el momento de revelación de tantos cuentos de Flannery O'Connor.
Quizá es que yo no soy un observador objetivo. Leedlo por vuestra cuenta (en inglés está entero en línea).

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